Τρίτη 25 Νοεμβρίου 2008

Εκδήλωση για τα 100 χρόνια ανασκαφών στο Εμπόριον



Από τις 25 ως τις 28 Νοεμβρίου 2008 στο αμφιθέατρο της Ελληνοαμερικανικής Ένωσης και ώρες 18:00-22:00 θα διοργανωθεί μια σειρά εκδηλώσεων με αφορμή τη συμπλήρωση 100 χρόνων ανασκαφών στην αρχαία πόλη Εμπόριον, που βρίσκεται στην Καταλωνία. Συνδιοργανωτές των εκδηλώσεων είναι το Ινστιτούτο Θερβάντες της Αθήνας, το Υπουργείο Πολιτισμού της Καταλωνίας και η Ελληνοαμερικανική Ένωση, ενώ οι εκδηλώσεις τελούν υπό την αιγίδα του Ελληνικού Υπουργείου Πολιτισμού σε συνεργασία με πολλούς άλλους φορείς.
Το Εμπόριον υπήρξε η δυτικότερη ελληνική αποικία του αρχαίου κόσμου και ήταν αναμφισβήτητα, όπως λένε οι ειδικοί, η πύλη για την είσοδο του κλασικού πολιτισμού στην Ιβηρική. Οι ανασκαφές άρχισαν το 1908 και ένα χαρακτηριστικό εύρημα είναι το άγαλμα του Ασκληπιού, που φαίνεται και στην εικόνα.
Περισσότερες πληροφορίες στον ιστοχώρο της Ελληνοαμερικανικης Ένωσης.

Τετάρτη 19 Νοεμβρίου 2008

Francisco Toledo-Φανταστικά όντα



Αυτές τις μέρες στο Μουσείο Μπενάκη παρουσιάζεται μια συλλογή έργων του διάσημου Μεξικανού ζωγράφου Francisco Toledo. Πρόκειται για τη συλλογή Φανταστικά Όντα, που δημιουργήθηκε το 1983, αποτελείται από 46 έργα (μελάνια και ακουαρέλες), και είναι εμπνευσμένη από το γνωστό έργο του Χόρχε Λουίς Μπόρχες Το βιβλίο των φανταστικών όντων.
Ο Francisco Toledo γεννήθηκε στην Oaxaca του Μεξικού το 1940. Έχει μια συνεχή δημιουργική πορεία και είναι καλλιτέχνης πολύπλευρος. Η δημιουργικότητά του δεν περιορίζεται στη ζωγραφική, αλλά και στην κεραμική, τη γλυπτική, τις γραφικές τέχνες. Υποστηρικτής των Καλών Τεχνών στην πατρίδα του, έχει παράλληλα χρηματοδοτήσει βιβλιοθήκες για τυφλούς, μουσικές βιβλιοθήκες και κέντρα φωτογραφίας. Είναι συνιδρυτής του Μουσείου Σύγχρονης Τέχνης της Oaxaca.

Περισσότερες πληροφορίες στην ιστοσελίδα του Μουσείου Μπενάκη.

Παρασκευή 14 Νοεμβρίου 2008

El diferente enfoque de los historiadores en cuanto a la historia de los Caballeros Templarios

(Συνεργασία της Ειρήνης Παρασκευά)

Entrando a la Iglesia de San Bevignate en Perugia y mirando hacia el luneto del ábside vamos a distinguir, pintadas en su punto más alto, nueve estrellas alrededor de tres cruces. En esta imagen vamos a reconocer, sin mucha dificultad, la representación simbólica de la génesis de la legendaria milicia del Temple. Las nueve estrellas del luneto de esta importante iglesia Templaria italiana, nos cuentan la historia de Hugo de Payens, de Godofredo de Saint-Omer y de sus siete compañeros, que fundaron la orden más polémica del todo el Medioevo, la Orden de los Caballeros Templarios o Los pobres Caballeros de Cristo; eran príncipes y feudales que se adhirieron renunciando sus fortunas, castillos y bienes para salvar su alma.

Huyens (Hugo) de Payens

Los primeros miembros de la Orden eran ex-cruzados, que impulsados por su fervor religioso respondieron con entusiasmo, como miles de personas, al grito de Deus vult (Dios lo quiere) clamado por el Papa Urbano II. En el Concilio de Clermont (1095) el Papa otorga indulgencia plenaria y llama a todo el mundo occidental cristiano a luchar por el rescate de los Santos Lugares. La recuperación del Santo Sepulcro, y la salvación de los hermanos acosados y perseguidos por los turcos en la Tierra Santa, obsesionan al hombre medieval del siglo XI, que ya cansado de su temor escatológico del fin del mundo busca la remisión de sus pecados. Por supuesto, las razones que conducieron a la primera cruzada no eran solamente religiosas. Factores políticos, económicos y sociales impulsaron a la iniciación de esta campaña; el peregrinaje a la Tierra Santa desde el siglo IV, la crisis económica y agraria, la pasión caballeresca por la aventura, el aumento de la población, la institución del mayorazgo. Así pues, empieza una aventura de casi doscientos años de luchas crueles, tremendas y sangrientes para que la Cruz prevaleciera sobre la Media Luna.

En este cuadro sociopolítico y religioso, con las cruzadas lanzadas en el Este y con la Península Ibérica metida en su particular cruzada contra los moros (casi desde el año 710), una nueva noción nace en el mundo caballeresco. En el espíritu ahidalgado aparece por primera vez el “guerrero que consagra sus armas a la defensa del débil o de la Iglesia”.

‘Non nobis, Domine, non nobis, sed tuo nomini da glorium.’ Este histórico lema de los Templarios sumariza en pocas palabras el ideal y el proposito de la existencia de la Orden, que era caracterizada por una combinación de religiosidad y valentía. Los caballeros Templarios eran monjes guerreros y la Orden de los pobres Camballeros del Cristo la primera orden religioso-militar en la Historia. En la época de su fundación, la ‘santa violencia’, proclamada por Urbano II, llega a su apogeo de modo que el cuadro socio-político formado por la primera cruzada, explique el éxito y la popularidad de una cosa tan rara como la fusión, en una orden, de la vida monástica y de la vida bélica. Bajo estas circunstancias, aparecen por primera vez las órdenes de carácter religioso-militar. Jacobo de Vitry hablando de los caballeros Templarios nos describe de manera muy representativa esta mezcla contradictoria y ‘anómala’: “a su vez leones de guerra y corderos del hogar; rudos caballeros en campo de batalla; monjes piedosos en la capilla; temibles para los enemigos del Cristo; la suavidad misma para los amigos.” Desde su fundación hasta su disolución trágica en el siglo XIV, la vida de la Orden está llena de contrastes. El mundo de la Orden se debate continuamente entre dos ideologías, entre dos estilos de vida, exactamente de la misma manera que sus espléndidos castillos eran a la vez monasterios y cuarteles.

El castillo templario de Ponferrada

La santificación del propósito de la existencia de las órdenes religioso-militares y de esta fusión rara viene de la boca del clérigo más importante de su época, de una persona influyente y gravitante, San Bernardo de Claraval. San Bernando, aunque escribe su Liber ad milites templi: De laude novae militae, una obra elogio para los Caballeros Templarios, muchos años después del Concilio de Clermont, casi en el año 1128, elabora de una manera fina y elocuente el grito bélico de ‘Dios lo quiere’. En su De laude vemos claramente el doble carácter de la función de la Orden; este dualismo entre lo espiritual y lo temporal, esta guerra doble de la carne y de la sangre contra las fuerzas invisibles del Mal. Es una obra verdadera apología de una guerra Santa, de una verdadera Yihad cristiana. Tenemos la plena justificación de la ‘santa violencia’. Si el monje guerrero mata a un pecador infiel no es un asesino sino un matador del Mal, un soldado del Cristo.

San Bernardo de Claraval

Un tipo nuevo de caballería nació, sin embargo, el hombre medieval no aceptó fácilmente, en su conciencia, la idea que un monje manchase sus manos con sangre por muy justa que fuese la razón. Pero San Bernardo tomando con entusiasmo la causa de los Templarios, con su apoyo espiritual y práctico, lanzó la Orden hacia su apogeo. No obstante, no tenemos que olvidar el cuadro socio-político de la época y las circunstancias que se crearon. La formación de la Orden surgió de la necesidad de escoltar y proteger los indefensos y vulnerables peregrinos que atravesaban las lejanas y hostiles zonas de Palestina y tenían que afrontar desde soldados musulmanes y bandidos hasta fieras. El dominio cristiano de los Santos Lugares resultó precario y el Reino Latino de Jerusalén se vió pronto inseguro, inestable e indefenso. Su propia capital, Jerusalén, era aislada y estaba en continuo peligro de invasión rodeada por los vecinos musulmanes. Bajo estas circunstancias, Hugo de Payens y sus compañeros pronunciaron los tres votos perpétuos religiosos de castidad, obediencia y pobreza ante el Patriarca latino de Jerusalén y asumieron la responsabilidad de la defensa de los Santos Lugares. El rey Balduino II aceptó sus servicios y les albergó en un sitio dentro de su palacio real que se llamaba ‘Templum Salomonis’ (en la explanada de las Mezquitas de la Roca y de Al Aqsa) de allí los ‘milites Cristi’ se convirtieron en los pobres caballeros del Temple. Es el momento de la fundación de la Orden Templaria que fue una de las órdenes religioso-militares más influyentes y poderosos del Medioevo.

Balduino II de Jerusalén cede el Templo de Salomón a Hugo de Payens y Godofredo de Saint-Omer

Según cuenta Guillermo de Tyre, en el año 1118, unos nobles caballeros, devotos, piedosos y con miedo de Dios, pronunciaron los tres votos en presencia del Patriarca de Jerusalén, y los dos más importantes eran Hugo de Payens de Champaña y Godofredo de Saint-Omer de Picardy. Desde la época de “las nueve estrellas alrededor de las tres cruces” del luneto hasta la orden acusada de herejía, perseguida por la inquisición y abolida por bula papal, hay un intervalo de 187 años; durante casi dos siglos se forja la leyanda templaria. Una leyenda donde el mito y el hecho histórico se mezclan y los monjes guerreros se convierten en guardianes del Santo Grial. Donde una orden religioso-militar defensora de los Santos Lugares se convierte en campo de sincretismo religioso que une el esoterismo con el sufismo, el gnosticismo con la alquimía, el hermetismo con el mito del Santo Grial. Para la investigación histórica, las creaciones de la imaginación de la mente humana y las auténticas pruebas históricas las separa un abismo. La historia de los Caballeros Templarios es un ejemplo llamativo. Es un campo de debate entre investigadores, teorías y hechos históricos donde la evaluación de las fuentes bibliográficas es un trabajo realmente difícil.

Si el fin de los Templarios se ve rodeado de secretismo, misterios y enigmas, la historia de sus primeros años está llena de inexactitudes y vacios en las informaciones dadas por las fuentes de la época. El problema que se va a ver desde la primera lectura de las fuentes, son las diferentes fechas de fundación de la Orden. Y para que sea más evidente nuestro argumento, vamos a separar los historiadores que se ocupan del tema de los Cabelleros Templarios en dos categorías. En la primera, pertenecen la mayoría de los investigadores que indican el año 1118 o 1119 como fecha posible de la formación oficial. En las obras de investigación de estos autores se ve claramente la influencia de Guillermo de Tyre. Es en su crónica que aparecen por primera vez los Templarios. Guillermo, arzobispo de Tyre, escribió su crónica casi cinquenta años después de la época de la formación de la Orden, y por consiguiente, todo lo que escribe lo sabe de segunda o tercera mano o por tradición oral; por esa razón los investigadores son pensativos algunas veces en cuanto a la exactitud de sus informaciones. Por esta razón, en esta primera categoría pondremos, también, a Malcolm Barber que cita la cronología dada por Guillermo de Tyre, a pesar de que con un estudio detallado y bien argumentado defiende el año 1120. Por último, en esta misma trinchera, están los que prefieren evitar la cronología de la fundación y poner directamente la del reconocimiento papal en el Concilio de Troyes (1128). Por el otro lado, mencionaremos el caso de los investigadores que defienden el 1111 como el año correcto de la formación. En esta segunda categoría pertenecen los que podríamos llamar ‘los teóricos de la conspiración’.

La pregunta lógica que surge es: ¿es de tanta importancia la cronología exacta de la fundación de la Orden? ¿Por qué mencionamos todos esos casos, si todos los investigadores están de acuerdo en el hecho histórico de la fundación de la Orden, entre los años 1111 y 1118? ¿Qué cambia con unos años antes o después? Practicamente, diríamos que nada, y en este punto, tiene razón James Wasserman cuando dice que indepedientemente del año exacto, lo más importante es el hecho mismo de la fundación de los Templarios, sobre todo, en aquel momento histórico y crucial para la sobrevivencia del cristianismo en los Santos Lugares. Pero si miramos un poco más detenidamente las fuentes, entenderemos que no se trata simplemente de un desacuerdo científico, sino de una completamente diferente manera de enfocar el tema de la Orden Templaria.

Por una parte, hay los que ven a los Templarios rodeados de misterios, secretos y conspiraciones. Según ellos, la defensa de los peregrinos no era nada más que una “tapadera” de su verdadera misión. Se trataba de la busqueda de objetos ocultos de la cristiandad con el fin de rescatarlos y trasladarlos a tierras europeas. Era entonces, la búsqueda de las eternas reliquias cristianas y su descubrimiento lo que anhelaba el alma de estos caballeros; el Arca de la Alianza, el Santo Grial y los secretos de los manuscritos del Mar Muerto. No son pocos los que ven en las construcciones octogonales templarias la simbología cabalística del ocho o medidas arquitectónicas sagradas, halladas en los manuscritos ocultos de Qumrán. La Iglesia de Santa Maria de Eunate en Navarra es un excelente ejemplo de esta forma arquitectónica templaria.

La iglesia de Santa María de Eunate

Los partidarios de este enfoque lleno de misticismo consideran, también, sospechoso el silencio de Fulcher de Chartres, cronista contemporáneo de los primeros Templarios. La explicación que dan es simple. Fulcher de Chartres oculta, a proposito, la existencia y las actividades de la Orden en aquella época. Y eso pasa o porque la Orden no cumplía su supuesta misión de defender los peregrinos o porque tenían otra misión y se sintieron obligados en encriptarse. Solamente la cifra que cuenta la leyenda de los nueve primeros miembros fundadores, demuestra la imposibilidad del cumplimiento de la misión defensora. Que fuesen nueve o treinta, como cuenta Miguel el Siríaco, los primeros Templarios seguramente eran muy pocos para afrontar las enormes fuerzas musulmanes en todo el territorio palestino. Por eso, la fecha, y en este caso el año 1111, es un argumento muy fuerte para que se base la teoría de una ocultación intencional. Si el cronista oficial del corte y capellano del rey no menciona de ningún modo en su obra sus contemporáneos pioneros, los primeros monjes guerreros de la historia medieval, esta omisión es algo más que una simple sospecha. Es la prueba evidente de una conspiración bien organizada. Otra cosa más que refuerza el argumento de la existencia de un complot templario, es la residencia que se les ofreció por el rey Balduino II en el ‘Templum Salomonis’. La leyenda cuenta que en los subterráneos del Templo de Salomón estaban escondidos secretos ancestrales ocultos durante siglos. ¿Por qué no pensar entonces, que no se trata de una simple coincidencia, sino de la misión verdadera de los Templarios? Que no era otra, que excavar por debajo del Templo y descubrir los tesoros anhelados durante siglos. Los partidarios del enfoque sobrenatural de la misión templaria, los ‘teóricos de la conspiración’, creen que es exactamente al descubrimiento y a la adquisición de estos conocimientos ancestrales místicos que se debe el indiscutiblemente enorme poder de la Orden en el curso de su historia.

La cúpula de la iglesia del Santo Sepulcro de Torres del Río

Y volvemos ahora a la primera categoría, a los investigadores que dejan a lo lado la implicación mística en la misión de los Templarios y enfocan su análisis a la coyuntura político-religiosa del medioevo. Para ellos no existen nada más que hechos históricos y factores económicos, socio-políticos y religiosos que causan o mejor impulsan la formación de este tipo de instituciones. Sus estudios se basan en investigaciones estrictamente históricas que son cientificamente argumentadas. Según su punto de vista, no existe ningún tipo de conspiración en el hecho de que Fulcher de Chartres no menciona en su crónica a los Templarios. Barber dice de manera característica que ninguno de sus contemporáneos pensó que fuesen tan significativos para referirse a ellos o a su obra. No obstante, los Templarios, al principio, aún no tenían hábito o regla distintivos. Adoptaron el hábito blanco de los Cistercienses agregándole una cruz roja de ocho puntas, pero muchos años después de su fundación. Así pues, en sus primeros años los Templarios no eran nada más que nueve o treinte “buenos caballeros piedosos”que por su fervor religioso se pusieron al servicio del rey y se proclamaron defensores de la fe y de los peregrinos. Eran pobres, vivían de las donaciones de los vecinos en un sitio ofrecido por el rey y no muy de lujo como parece. Además, a pesar del apoyo indiscutible del rey y del patriarca la Orden no consiguió reclutar muchos miembros hasta el tiempo de su reconocimiento formal por el Papa en el Concilio de Troyes (1128). Dados todos estos argumentos, y si intentamos ver a los primeros Templarios a través de los ojos de sus contemporáneos, entenderemos porque Fulcher de Chartres un “honesto y perspicaz cronista” no considera significativo referirse a ellos. Eran simplemente, una pequeña milicia de voluntarios valientes, tampoco eran un ejército de cientos de caballeros equipados. Al contrario, en la época de Guillermo de Tyre, la Orden Templaria ya estaba reconocida desde el 1128, y poseaba un inmenso patrimonio en casi todo el territorio europeo, aparte de su poder en el Oriente. Los Templarios de la época de Guillermo disfrutaban un estimo y un respeto profundo en casi todos los cortes europeos. Su fama había llegado hasta Escocia desde la época que Hugo de Payens recorría Europa para buscar apoyo y reclutar miembros. Entonces, está claro porque es lógico encontrar a los Templarios en la crónica de Guillermo de Tyre y no en la de Fulcher de Chartres. Ahora en cuanto al caracter místico y secreto de su misión, sólo el cuadro socio-político de la época y las circunstancias formaron un perfecto terreno abonado para la creación de la Orden. El ataque sarraceno contra setecientos peregrinos, en la zona montañosa de Judea, la Pascua de 1119 y su resultado trágico chocó y desesperó Jerusalén, demostrando la vulnerabilidad y la impotencia del dominio latino. Los problemas de la defensa, más otros que tenían que ver con la administración interna del Reino Latino señalaron la creación de una milicia permanente y siempre dispuesta a sacrificarse para proteger la Tierra Santa. Y para concluir, en sus casi dos siglos de vida, la Orden se demostró muy activa en el sector económico. No les han llamado, en vano, los primeros ‘banqueros de Europa’. Es verdad que los Templarios, de pobres Caballeros del Cristo se convirtieron en grandes terratenientes muy poderosos y ricos. No es ninguna exageración, si decimos que fueron aquellos ‘primeros banqueros’ que pusieron las bases del sistema bancario moderno. De todas maneras, sus actividades económicas están registradas, así que no es necesario buscar el secreto de su riqueza en la alquimía o en los secretos místicos, es suficiente mirar a los archivos guardados.

Mapa de Jerusalén

Con nuestro pequeño análisis, hemos intentado demostrar que una simple diferencia en una cronología algunas veces puede esconder algo más que un desacuerdo científico de investigadores. Hemos visto que la diferencia de las cronologías representa dos tendencias diferentes, dos completamente opuestos puntos de vista de la historia templaria. La mirada de los que defienden el año 1111 está impregnada de un velo de misticismo y de la creencia en el esoterismo y en el secretismo de la Orden Templaria. Son los que en el hermetismo de la regla templaria encuentran las fuentes doctrinales de las logias masónicas. Para ellos cada rincón de la historia templaria esconde una conspiración y una traición. Al otro lado están los que con un trabajo serio de investigación basada en documentos auténticos, buscan la verdad histórica. Son los investigadores que utililizan de manera pensativa, por supuesto, las crónicas medievales pero no encuentran ningún tipo de complot en sus deficiencias o imprecisiones. Porque en la investigación histórica, la falta de datos no significa necesariamente prueba o señal de algo. Lo que nos cuentan ellos, a lo mejor, es menos fascinante pero seguramente está más cerca a los hechos reales. La apasionada búsqueda de la verdad para la Orden Templaria sigue teniendo una gran vigencia, hasta nuestros días. ¿Qué eran los Caballeros Templarios? ¿Guerreros, monjes, ‘banqueros’ o guardianes de un secreto grande y peligroso que, al final, causó su caída trágica? Seguramente no hay respuesta ‘correcta’. Depende de nosotros qué mundo vamos a elegir ¿de la leyenda o de la historia?

Πέμπτη 6 Νοεμβρίου 2008

«ΠΕΡΙΗΓΗΣΗ ΣΤΟΥΣ ΑΡΧΑΙΟΥΣ ΠΟΛΙΤΙΣΜΟΥΣ ΤΟΥ ΠΕΡΟΥ»-Έκθεση Μουσείου Γουναρόπουλου

Από το Μουσείο Γουναρόπουλου (οδός Γουναροπούλου 6, Άνω Ιλίσια, Τ.Κ. 157 71, τηλ: 210 74 87 657- 210 77 77 601 fax: 210 74 87 657, e-mail: gounaro@ath.forthnet.gr) πήραμε το παρακάτω δελτίο τύπου:

Το Κέντρο Τέχνης και Πολιτισμού του Μουσείου Γ. Γουναρόπουλου και η Πρεσβεία του Περού παρουσιάζουν την έκθεση :
«ΠΕΡΙΗΓΗΣΗ ΣΤΟΥΣ ΑΡΧΑΙΟΥΣ ΠΟΛΙΤΙΣΜΟΥΣ ΤΟΥ ΠΕΡΟΥ»

Στον εκθεσιακό χώρο του Κέντρου θα εκτίθενται πλήθος πιστών μουσειακών κεραμικών των πιο αντιπροσωπευτικών προκολομβιανών πολιτισμών του Αρχαίου Περού.

Την έκθεση θα προλογίσει η Dr. Μαρίνα Κατσαρά, ιδρύτρια του Λατινοαμερικάνικου Ινστιτούτου AL ANDAR.

Εγκαίνια έκθεσης: Τετάρτη 22 Οκτωβρίου 2008

Διάρκεια έκθεσης : 22 Οκτωβρίου – 14 Δεκεμβρίου 2008

Ωράριο λειτουργίας :
Τρίτη- Τετάρτη 09.00-13.30 & 17.00 – 20.00
Πέμπτη –Παρασκευή –Σάββατο 09.00 – 15.00. Κυριακή & Δευτέρα κλειστά


Το μουσείο ιδρύθηκε το έτος 1977 και στεγάζεται στην κατοικία του μεγάλου ζωγράφου της νεοελληνικής ζωγραφικής Γεωργίου Γουναρόπουλου (1890-1977). Στο μουσείο εκτίθενται 32 έργα του, καθώς και προσωπικά του αντικείμενα.

Κυριακή 2 Νοεμβρίου 2008

Lengua y cultura gallegas-Una brevísima introducción



El gallego es una de las cuatro lenguas oficiales de España (los otros tres son el castellano, el catalán y el vasco) y se habla de la mayoría de la población de Galicia, es decir de más de tres millones de hablantes.
Galicia y la parte de Portugal situada al norte del río Duero, forman una región que puede estar claramente definida, a causa de su absoluta separación de la meseta central de España. Galicia se encuentra en el extremo oeste de le región cantábrica y la parte de Portugal del Norte también se separa de España por el río, que corre entre abruptos e impresionantes roquedas. Las valles abundantes que hay en esta región la hacen capaz de sostener una densa población, cuya actividad más importante es la agricultura.

La mayoría de los especialistas creen que los primeros habitantes de Galicia eran de origen preindoeuropeo y no tenemos muchas informaciones sobre su cultura. Pero suponemos que debían de haber desarrollado un arte semejante al arte rupestre, rasgos de la cual hemos descubierto en la zona pirenaica. Los habitantes preindoeuropeos, al igual de los celtas, los cuales aparecieron posteriormente en la región, han dejado sus huellas en la lengua. Así encontramos en el gallego palabras de origen preindoeuropeo y también palabras de origen celta. Actualmente, el gallego es muy rico en voces celtas, más rico que todas las lenguas que pertenecen genéticamente a la familia latina.

Comenzando a presentar la posición del gallego en el dominio lingüístico neolatino, sería conveniente tratar de presentar un breve esquema de la historia, la lengua y la literatura de esta región a través de los siglos.
Como decimos antes, después de los primeros habitantes preindoeuropeos aparecieron en la región los celtas, expulsados por los íberos, y formaron gradualmente el grupo étnico galaico-portugués o lusitano. El último nombre es el nombre que utilizaron posteriormente los romanos para identificarlos.
Durante los años 155-139 a. C. los Romanos conquistaron a los Lusitanos en Portugal. El ejército romano invadió Galicia pero no pudo conquistar la región permanentemente. Pero unas décadas después las legiones de Augusto finalmente lo suceden.



Así la tierra conquistada forma parte del Imperio Romano en el siglo I a. C., mucho más tarde que el resto de la península y así comienza una tardía romanización que conllevó la incorporación de los indígenas y de los celtas a la lengua y la cultura de los conquistadores. El proceso de romanización que se produjo en otros lugares, se produjo también en Galicia; a causa de matrimonios y determinadas ventajas administrativas como la ciudadanía romana, el reparto de tierras, etc. Así la lengua latina se convirtió poco a poco en el latín vulgar de Galicia, que posteriormente se haría el gallego de hoy.
La llegada a Galicia de pueblos germánicos en el siglo V deja un considerable número de préstamos lingüísticos como laberca, roupa, etc. No sucede lo mismo con los árabes porque el Norte de la Península consiguió frenar la invasión musulmana. El Norte consiguió conservar no sólo la religión cristiana, sino también la lengua. Las palabras de origen árabe han venido en gallego más indirectamente, especialmente a través del castellano. Tantas palabras son laranxa, azucre, etc.

De este modo podemos decir con seguridad que la fuente primaria para la transformación del latín en el gallego de hoy fue el latín mismo. La transformación se produjo de manera progresiva e imperceptible y no es posible dar una fecha exacta desde la cual el latín es gallego. Pero sabemos con cierta seguridad que en el siglo X la lengua hablada por el pueblo debía de haber sido bastante lejana de la lengua utilizada por la iglesia y la administración. Es la época cuando no sólo el gallego, sino también todos los dialectos más importantes de España se han formado y se presentan claramente diferenciadas entre sí. Pero durante la Edad Media el gallego constituye una misma unidad lingüística con el portugués y las dos lenguas forman el galaico-portugués. Aún no es posible trazar una línea clara entre los dos idiomas. Lo seguro es que el castellano ha recibido muchos vocablos de esta fuente.
El gallego, a causa de su aislamiento del resto de la Península, sin posibilidades de expansión, por no tener fronteras abiertas al resto de España, se presentó muy arcaizante y aceptó una fuerte presión castellana. Así, durante la época a que referimos, aún no ha conseguido obtener una norma única.


Pero hay algo que da prestigio a esta lengua: la aparición de una poesía lírica durante los siglos XII y XIII, que deja su marca no sólo en Galicia, sino también en todo el mundo castellano. De este período conocemos más que cien poetas y es el período de más esplendor de toda la historia del país. Hay cantigas de amor, cantigas de amistad y cantigas religiosas. Muchos poetas y juglares de Castilla prefirieron la lengua gallega para expresarse en sus obras. El rey Alfonso X el Sabio, de origen castellano, escribe su obra famosa Cantigas en gallego, cantando en este libro sus palabras más hermosas. Es una de las primeras obras en lengua gallega que se conservan, dando así a los filólogos una importante fuente para saber cómo funcionaba entonces la lengua. Uno de éstos ha denominado el gallego “una lengua jugosa, rica y expresiva”.


Además de las cantigas existe una producción en prosa ( histórica, religiosa y jurídica). Las obras más importantes de este género literario son el libro Crónica Troiana y el libro Crónica Xeral.
Desde una perspectiva histórica, el florecimiento de la literatura gallega en este período está en contradicción a las ideas de los investigadores de historia españoles, aunque no podemos negar el facto de que durante aproximadamente dos siglos, el gallego fue la lengua literaria no sólo de Galicia, sino de territorios que pertenecían a otros espacios lingüísticos.

En el año 1139 Portugal declara su independencia de Castilla y el territorio lingüístico galaico-portugués del Sur se consolida en el nuevo reinado. Desde esta fecha la lengua gallega y la lengua portuguesa siguen sus propios caminos y se diferencian gradualmente. Galicia no podía crear un reino fuerte y por ello su reino no duró mucho y fue subordinado al reino de León y luego al reino de Castilla. A partir del siglo XV las manifestaciones del gallego como lengua literaria son bastante escasas y la expresión escrita cae poco a poco en decadencia. En la administración, el castellano predomina gradualmente hasta que el gallego se pueda utilizar solamente en casa.


La producción literaria comienza de nuevo en el siglo XIX con el Romanticismo y de la popularidad que gozan algunos escritores, como Eduardo Pondal y Manuel Curros Enríquez. Bajo el régimen de Franco el uso de la lengua fue prohibido, lo mismo que sucedió con las otras lenguas de España, excepto el castellano. Así pues, la capital intelectual de Galicia fue Buenos Aires, donde aparecieron importantes escritores como Celso Emilio Ferreiro, Álvaro Cunqueiro y Eduardo Blanco-Amor.

Hoy en día el gallego es la lengua oficial de la Comunidad Autónoma de Galicia junto al castellano. Se utiliza tanto en la educación primaria como en la segundaria, pero de un modo irregular. Aunque el gobierno de Galicia trata de promover la lengua, en las escuelas sólo un número limitado de profesores la utilizan para explicar otras materias. Pero en nuestros años hay un nuevo movimiento hacia la diversidad cultural en Europa. Al principio, a través del Consejo de Europa y posteriormente a través de las nuevas leyes de la Comunidad Europea. También hay libros sobre la lengua, la literatura y la gramática, los más interesantes de los cuales han sido publicados en estos últimos años.

Para terminar, daremos una brevísima descripción de la pronunciación del gallego dentro del grupo lingüístico galaico-portugués. En los dialectos gallegos no existe la sibilante sonora [z] que aparece en portugués: la palabra rosa se articula con la misma sibilante [s] de la palabra portuguesa passo y la palabra fazer con la sibilante [θ] que sólo existe en al castellano normativo. Tampoco existe la fricativa palatal sonora [ž]. En su lugar tenemos en gallego la fricativa sorda [∫] como en la palabra portuguesa enxada.
Con la diversidad lingüística y geográfica que existe en España, no es fácil hablar del “carácter español” como si fuera una sola cosa. Aunque existen características propias a los españoles, podemos decir que los tipos de cada región son bien diferenciados entre sí. El caso del Galicia es un ejemplo brillante. La persona gallega se conoce como una persona melancólica y misteriosa. Lo mismo podemos decir de los portugueses.
Los gallegos intentan defensar su patrimonio cultural y lingüístico. Galicia puede ser un buen ejemplo de una política lingüística respetuosa de la diversidad.