Τετάρτη 14 Φεβρουαρίου 2024

«Antígona» de Sófocles: una breve introducción al mito

Según el mito griego, Edipo, hijo de Layo e Yocasta, mata a su padre sin saber que era el rey de Tebas y su propio padre. Después Edipo es nombrado rey y se casa con la viuda de Layo, Yocasta, su verdadera madre, y con ella va a tener dos hijos y dos hijas, es decir, Eteocles, Polinices, Antígona e Ismene. Al poco tiempo, una terrible plaga cae sobre Tebas y los oráculos dicen que ello sucedió a causa de que no ha sido todavía descubierto el asesinato de Layo y no ha pagado por su crimen. Edipo tiene que resolver este misterio y gracias al adivino Tiresias descubre a su horror que en realidad es hijo de Yocasta y Layo y que es él mismo el asesino que está buscando. Entonces Yocasta se ahorca y Edipo se quita los ojos y escapa al exilio por haber ofendido mortalmente a los dioses. Antígona acompaña a su padre durante el destierro de la ciudad y, después de su muerte en Colono, regresa a Tebas. Allí los dos hermanos, Eteocles y Polinices, luchan por el trono y mueren ambos en la contienda. El nuevo rey de Tebas, Creonte, decidió que Eteocles se enterrase con honores reales, mientras que Polinices, que había buscado ayuda en una ciudad vecina, se dejase desenterrado por traidor. Y aquí comienza la interpretación del mito por Sófocles.

Antígona se niega a respetar la prohibición de su tío y tirano de Tebas Creonte y decide enterrar a su hermano Polinices, porque considera más importante seguir las leyes divinas, según los cuales hay que sepultar a todos los muertos. Discute con su hermana Ismene sobre lo justo de su decisión, pero ella, siendo cobarde, se niega a ayudarle. Antígona halla el cadáver de Polinices, pero, intentando enterarlo, es descubierta por los centinelas y conducida ante Creonte. Éste, a pesar de los ruegos de su hijo Hemón, novio de la doncella, y convencido de defender la ley de la ciudad, la condena a muerte. Después de la desaparición de Antígona de la escena, Creonte oye el horroroso oráculo de Tiresias, que habla en nombre de los dioses, se saca del engaño y ordena liberar a Antígona. Mientras sucede esto, su hijo Hemón, que intentó salvar a Antígona, no llegó a tiempo y, encontrándola ahorcada en su tumba, pone fin a su vida. Eurídice, la esposa de Creonte, al enterarse de las noticias, se suicide también. Creonte se queda destrozado por haber desafiado las leyes de los dioses.